Sunday, July 24, 2011

LA PRIMERA FERIA DE FRESAS DE VARA BLANCA


Vara Blanca tuvo su Primera Feria de la Fresa el sábado y domingo pasados.  Los vecinos de nuestra comunidad y los de comunidades cercanas, participaron de dos días llenos de música, actividades y—por supuesto, fresas.  Durante la semana, la lluvia no hizo nada más que barro, días grises y ayudar a las fresas a parecer más frescas y rojas.  Los locales caminaban entre las barracas apresurándose a llegar al lugar, un padre llevaba a su hija y su bolsa de fresas; un chiquito pintó en su cara un tigre corriendo en el barro.   Si alguien caminaba hacia la entrada del gimnasio, podía oír los gritos de los niños jugando fútbol al ritmo del reggaeton.  Los dos días estuvieron llenos de ruido, risas, fresas frescas y el bullicio de tanta gente reunida como una sola comunidad.



La feria se realizó en las afueras del gimnasio, por encima de una colina, un lugar central en Vara Blanca.  A la izquierda del gimnasio, bajo un toldo blanco, las personas concurrían en busca de las deliciosas comidas, en fila esperando probar el queque de fresas y chocolate, la olla de carne, los chicharrones,  las fajitas, los tamales y las tortillas palmeadas, para mencionar algunas comidas. 

A la derecha, artesanos locales ubicaron mesas llenas de productos, tales como bufandas coloridas, herretes hechos de vidrio y pintados a mano, canastas tejidas y más.   Unos viejos sentados a la mitad del lugar, con sus caras tan suaves como las tazas confeccionadas a mano.  Otra mesa vendía bolsas, vasos y canastas hechas de envoltorios reciclados; la mujer que los hizo, ofreció enseñarnos el método.  Miramos sus dedos expertos mientras doblaba un envoltorio brillante muchas veces, cuando mis manos trataron de repetir sus movimientos para completar un pequeño bolso, empecé a apreciar la energía y tiempo que estas artesanas dedican a su arte cada día.

El colegio ADE tenía su propia mesa, cerca de las fajitas de pollo y las bolsas de cuero, cerca también había repostería y un hermoso pastelón.  Para la repostería, un hombre hizo un postre de fresa con gelatina al centro y recibió 30 mil colones como premio. 

En una competencia muy particular, los concursantes tenían que sorber gelatina de una taza con sus manos detrás de la espalda.  Durante la ronda final, Tomás Dozier compitió contra un hombre alto y musculoso y dos mujeres, y no ganó más que una cara pegajosa.  (El otro hombre ganó un premio de 20 mil colones.)


Después de esta competencia, se inició uno de los eventos más populares de ese domingo, la guerra de las fresas del colegio ADE.  Casi la mitad de los concurrentes venían para ver a los dos equipos tirándose fresas suaves y maduras, mientras se ocultaban detrás de las barreras de madera, evitando ser el blanco.  

Casi todas edades pelearon incluyendo los chiquitos, quienes llevaban gafas de protección y bolsas plásticas.  La “batalla” duró casi media hora y nadie estaba preocupado hasta que empezó a llover.  Cuando terminó la lucha, un hombre de Canal 7  entró al campo a entrevistar a dos mujeres, ambas tenían muchos pedazos de fresas en su cabello.  Cuando iba a empezar la entrevista, una fresa voló y golpeó  su cara frente de la cámara.  Gritó a los chicos responsables, pero todos estaban demasiado emocionados para preocuparse por el “accidente” y cinco minutos después, empezó otra guerra.


Aunque mucha gente salió de la feria con menos colones en sus bolsillos, además de lluvia, barro en sus zapatos y manchas de fresas en su ropa, todos disfrutaron a lo grande.  La Primera Feria de la Fresa en la comunidad, dio la oportunidad a negocios locales para mostrar sus productos y dio la gente un evento para recordar por mucho tiempo.




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